viernes, 24 de septiembre de 2010

Cambio de planes

Mahmud subió al autobús atestado de gente en la 48th con Park Avenue, en la hora pico. Molestas gotas de sudor resbalaban por su frente, metiéndose en sus ojos, en su boca. Su sudor sabía a miedo, a amargo arrepentimiento. ¿ Qué demonios hacía ahí, tan lejos de casa, de su querido Bagdad? No podía evitar pensar en Sumaya, su novia, con sus profundos ojos negros y sus labios carnosos. ¿ Qué le había hecho toda esa gente a él? Ese señor obeso de traje y maletín sentado mas adelante, ¿ qué tenía contra él? Nada. ¿Y esa señora anciana de color que teje en el final del autobús? Nada, en absoluto. ¿qué daño habían hecho a Mahmud esa parejita de adolescentes que se reían por lo bajo, tomados de la mano? Lo mismo que el resto, nada tenían contra él, ni siquiera lo habían visto antes en toda su vida.
Vio por la ventana del transporte un puesto callejero de venta de hotdogs, se apresuro a tocar el timbre y bajó a toda velocidad para comprarse un perrito bien grande con todos los condimentos. Ya se quitaría el cinturón de explosivos en los aseos de la estación del tren.

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